La SCJN y sus desaciertos en derechos humanos
El 10 de junio de 2011, se recibió con euforia la publicación en el Diario Oficial de la Federación, la reforma constitucional respecto a la modificación de una gran cantidad de artículos que iban enfocados, a que nuestro país, se integraba a muchos otros, que por décadas han estado trabajando con una constitución de carácter humanista, en fin nuestra carta magna se modernizaba.
A este mismo cambio de sistema de justicia constitucional, lo acompañaron importantes sentencias que emitió la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde daba pauta para hacer efectiva esa reforma constitucional, estableciendo sentencias transformadoras donde hace hincapié en que el Estado constitucional de México, daba un viraje de 360 grados y en donde el Estado mexicano se comprometía a garantizar, respetar, promover y proteger los derechos humanos de todos sus habitantes.
Lo anterior fue muy bien visto por la comunidad internacional, pero también por los especialistas en esta materia, sobre todo, porque se sabe, dentro de quienes conocen, que, si un Estado respeta derechos humanos, está construyendo una sociedad más igualitaria y menos agresiva.
Bajo esta vertiente, la SCJN emitió sentencias, ordenando a todos los jueces mexicanos tanto federales como estatales y a todas las autoridades del país que se convirtieron en los guardianes de la constitución y obligaba a cada una de ellas a que conforme a sus atribuciones que les daba la ley, garantizaran a toda costa el respeto de la dignidad humana; desde 2012 más menos hasta 2013, se vivió con ese nuevo sistema constitucional humanista que prometía coadyuvar a la estabilidad nacional y a la consolidación de los sistemas de justicia, y así funcionara perfectamente bien, la división entre los poderes.
El sueño duró poco, pues a raíz de que fueron saliendo los ministros liberales que se encontraban en la corte, -antes había seis, ahora solo dos- fueron entrando nuevas corrientes de pensamiento, al integrarse nuevos ministros de pensamiento conservador.
Los ministros conservadores creen que hay que proteger a la constitución, más que a los tratados internacionales, razón no hay, pues México ha firmado durante décadas diversos tratados que ahora la corte, está cerrando las puertas, y cada vez más se desvanecen aquellos anhelos de progreso en el respeto a los derechos humanos.
La gran mayoría de los especialistas en la materia, lo vemos como un retroceso en los sistemas de justicia, pues apenas se había superado la esperanza del cambio de un derecho que no garantizaba derechos humanos, por un estado altamente garantista, y pasa esto, dijo mi mamá que siempre no.
En 2015, la corte sierra toda posibilidad de proteger derechos humanos contenidos en los tratados internacionales a los que México se obligó a respetar, cuando haya una disposición expresa en nuestra carta magna, en palabras más sencillas, La Corte ha dicho en sus sentencias, si nuestra constitución dice que hay arraigo, aunque sea ilegal, todo juez mexicano lo tiene que aplicar a pesar que se haya firmado un tratado donde México se compromete a no tener este tipo de medidas.
Porqué se optó por esta doctrina judicial, solo hay una forma de entenderlo, en México hay tanta violación a DH que le sería imposible garantizarlos y menos repararlos, ante esta disyuntiva México a través de la corte, última intérprete de la carta magna, sienta jurisprudencia, que, si hay una colisión entre un derecho en la constitución con un tratado, hay que respetar la constitución, a pesar de que se violen los derechos humanos.
Ojalá nuestro país reflexiones y sea en realidad protector de los derechos humanos y aplique de manera progresiva el fin de la reforma constitucional de DH y no regrese al pasado, lo anterior por supuesto ha sido un desacierto que perjudica la buena marcha de los DH.
Colima, Colima 10 de agosto de 2017
Ángel Durán
www.angelduran.com