Los jueces de distrito en el Estado de Colima y en su momento el tribunal colegiado ubicado en esta ciudad capital, tienen en sus manos nada más y nada menos, el futuro de la independencia y autonomía del poder judicial en nuestro estado.

Aproximadamente 12 amparos interpuestos por diferentes afectados, se presentaron ante los juzgados federales para denunciar la irregularidad grave y malintencionada al designar a cuatro magistrados del poder judicial, éstos representan el 40% de los magistrados que integran el Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, que fueron designados en un solo día,  el gobernador y la anterior legislatura violando flagrantemente todos los procedimientos que se deben de cumplir para designar y nombrar a un magistrado, ya se imaginará usted cuáles son los motivos y razones.

Por eso el poder judicial del Estado de Colima, es altamente ineficiente y se encuentran en pugna de manera permanente sus integrantes por el control del poder, por lo anterior es que se presentaron diversas demandas de Amparo denunciando esas irregularidades, con el único objetivo de independizar al sistema de justicia, si a este poder no se le da autonomía en todos los sentidos, seguiremos teniendo una institución como elefante blanco en materia de justicia, no importa la cantidad de dinero que le invierte el Estado, pues la mayoría de sus integrantes no responden a las expectativas de Justicia que anhela la sociedad.

Lo anterior no es novedoso y ni quisiera responsabilizar a los actuales magistrados, ni siquiera a los que recientemente han sido designados, pues algunos se han destacado como profesionistas, pero lo que sí se les puede reclamar es, por qué aceptan ingresar a un poder público, por la puerta falsa, prestándole a simulaciones, no sería ninguna novedad, pues la anterior legislatura y el Ejecutivo, hacían un binomio perfecto para hacer lo que quisieran, sin importar cuánto daño causan a la sociedad.

Ahora bien, tanto los jueces de distrito como los magistrados del tribunal colegiado, están conociendo los amparos, en un principio cuando se presentaron las demandas, la mayoría fueron desechados y recientemente los magistrados del colegiado revocaron esos desechamientos y ordenan a los jueces de distrito que las admitan, pero ya han emitido tres resoluciones otra vez los jueces de distrito en dónde siguen coludiéndose con el Estado, para no independizar al poder judicial, buscan cualquier motivo para no estudiar la legalidad y la constitucionalidad de las violaciones que cometió, tanto el gobernador como el poder legislativo cuando designaron a dichos magistrados. También están impugnados con amparos los tres magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa y están corriendo la misma suerte.

El poder judicial federal, tiene una gran responsabilidad frente a este asunto, es de mucha trascendencia, se está luchando por lograr la independencia judicial en el Estado de Colima, hay quienes no están de acuerdo en ello y están dando la batalla para que las cosas siga igual, pero también es cierto, que, hay una buena cantidad de abogados que están buscando modificar la forma en cómo se integra el poder judicial ya que si no se hace bien, seguiremos teniendo un Supremo Tribunal de Justicia, sometido al poder ejecutivo y eso no conviene.

Por las negativas de las sentencias que ha dictado algunos jueces de distrito al respecto, se ve que no quieren independizar al poder judicial, se vislumbra que se mantienen en contubernio con el Estado, para que estos asuntos no avancen, este asunto tendrá que llegar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, si es que es necesario.

La sociedad civil organizada, está vigilando a los jueces de distrito y denunciará cualquier falta que ocasione daños.

Por el bien de la justicia colimense los jueces de distrito deben de analizar si las designaciones de magistrados que se dieron el año pasado en el STJE fue legal o no, y que no busquen pretextos para para no resolver de fondo que dejen de hacerle el caldo gordo al Estado. La debilidad más visual de los jueces de distrito, es que, hacen hasta lo imposible para desechar las demandas de amparo. Eso no es ético.

Ángel Durán